SMACO – COMUNICADO
Informes fiables recogidos por la Oficina Saharaui de Coordinación de las Actividades relativas a las Minas (SMACO) en la zona de El Guerguerat, en el suroeste del Sahara Occidental, confirman que el ejército marroquí, después de construir un muro de arena y piedras de unos 3 km. de largo, colindante al Muro de la Vergüenza, sembró miles de minas antipersonas y antitanques
SMACO denuncia que este vil y terrible acto es una flagrante violación de los acuerdos militares N°1 y N°2 del Alto al Fuego firmado por Marruecos y el Frente Polisario y es, además, un acto delictivo que destruye el esfuerzo de muchos años de arduo y complejo trabajo en la lucha contra las minas en el Sahara Occidental.
No cabe duda de que estas minas provocarán bajas entre civiles y ahondarán la tragedia que vive la población nómada y el pueblo saharaui con desplazamientos forzados hacia zonas seguras, víctimas, amputaciones… y avivarán el terror y el caos entre inocentes.
Después del complejo trabajo de 14 años de remoción humanitaria de las minas al este del muro y de lograr grandes progresos en la liberación de 149,6 millones de metros cuadrados de áreas minadas o sospechosas en los territorios liberados de la República Árabe Saharaui Democrática gracias a los esfuerzos del Gobierno saharaui, las Naciones Unidas y algunos socios internacionales, la guerra provocada por Marruecos y la colocación de minas que está llevando a cabo impiden el objetivo internacional de alcanzar un mundo libre de minas en 2025.
Tras la violación del Alto el Fuego por parte de Marruecos el pasado 13 de agosto, va a poner el proceso de reconocimiento, detección y marcaje en el punto de partida.
SMACO cree que el uso de minas de cualquier tipo es injustificado bajo cualquier pretexto y su compromiso en la lucha contra las minas es férreo, por lo que hace un llamado a la Comunidad Internacional y a las organizaciones internacionales más relevantes a presionar al Estado marroquí para que deje de usar minas terrestres y para que asuma, de una vez para siempre, que usar estas salvajes armas, prohibidas internacionalmente, destruye inevitablemente los esfuerzos internacionales para lograr la paz, y agota y arruina los fondos de las Naciones Unidas asignados para el desminado humanitario.
Marruecos sigue haciendo uso de ellas y es uno de los pocos países del mundo que no ha firmado las convenciones que prohíben las minas terrestres y las bombas de racimo. Sólo persigue consolidar y ampliar la ocupación del Sahara occidental con el uso de minas terrestres, entrando en total contradicción con los contenidos de la Carta Magna, el Derecho Internacional Humanitario y los acuerdos pactados entre las dos partes.
Chahid El Hafed, 21 noviembre 2020